La marca prefiere hacer hincapié en la vuelta a la cancha de polvo de ladrillo, al tres contra tres de básquet o al fútbol mixto con amigxs. Porque el año, como yin y yang involuntario, vuelve con todo. Lo malo –tráfico, reuniones, estrés– y lo bueno. El gol sobre la hora, el triple de los sueños, el smash al cuerpo de tu mejor amigo y las carcajadas después de cada partido del deporte que sea.
“Elegimos convertir una oportunidad táctica, en una campaña que ayude a construir el territorio histórico de la marca”, dicen desde el cliente y la agencia.