Mariano Dorfman deja icolic tras fundar y codirigir la agencia durante 20 años

Los motivos de su alejamiento se expresan en una carta que el creativo quiso compartir, a continuación:

Déjenme contarles la historia de un sueño que termina y uno que empieza. Un sueño que nació en diciembre de 1999, hace exactamente 20 años, cuando registramos icolic.com. En ese momento ya se empezaba a hablar de los primeros “adictos a internet, los i-colics” y decidimos adoptarlo como nombre.

icolic no empezó en un garage, pero sí en una habitación de 2x2 en un 6to piso, y terminó siendo adquirida por Dentsu Aegis Network, uno de los grupos de comunicación más grandes e innovadores del mundo. De ser 2, a ser parte de un gigante con 145.000 personas.

Si en ese momento alguien me hubiese dicho que ese sería el primer día de un proyecto que iba a durar 20 años, seguramente le hubiese creído. Eran tantas las ganas, la energía y la certeza de que internet revolucionaría el mundo que les juro, le hubiese creído.

El sueño se fue haciendo realidad de a poco y con mucho esfuerzo. Lo que nació como el primer portal para jóvenes del país, se transformó primero en una revista digital, hasta que luego nos dimos cuenta que ya no podíamos vivir de canjes y nos pareció buena idea volcar nuestra experiencia para dar servicios a empresas. Primero fue “icolic Soluciones Digitales”, luego “icolic [marketing+digital]”, después llegó “icolic” a secas, hasta que decidimos apostar por una mirada más amplia y pasamos a ser “icolic Contagiando Historias”, para finalmente transformarnos este año en “icolic Linked by Isobar” y pasar a formar parte de una de las principales redes mundiales de innovación.

Sí, icolic es reconocida por ser una de las primeras agencias interactivas/digitales del país, aunque a mi me gusta decir que fue una de las primeras que supo vincular el mundo de la creatividad con el de la tecnología, siempre bajo la creencia de que una idea es más importante que el recurso.

En 20 años fuimos creciendo, tanto que nos tuvimos que mudarnos 5 veces. Actualizamos 6 veces nuestra identidad. En 2012 nos integramos con Global Mind, una agencia regional, y en 2018 dejamos la independencia para ser parte de Dentsu Aegis Network, un grupo global nacido en Japón.

Ganamos decenas de premios peleando siempre de igual a igual con las agencias grandes. Fuimos elegidos 3 veces como una de las 3 Mejor Agencia Interactiva del país. Trabajamos para todos los clientes e industrias que se les ocurra. Pasamos de ser 2 a más de 50. Abrimos oficinas en varios países. Pero si hay un día que recuerdo es cuando en diciembre de 2011 me llamó la genia de Andrea Suez y me dijo “Marianito, este año te toca, te eligieron como Jurado del Festival de Cannes”. icolic sería parte de la elite mundial.

Gracias Fer y Pote por acompañarme en etapas diferentes a construir este proyecto. Gracias al entrañable equipo de Dentsu, sobre todo por la libertad con la que pude trabajar el último tiempo, me quedo con las ganas de haber compartido más historias juntos.

Gracias a los clientes que confiaron en la agencia y en mi mirada creativa.

Gracias a los tantos colegas y amigos de la industria con los que compartimos anhelos y frustraciones. Siempre aposté por el trabajo colaborativo y fue un placer haber sido parte desde los inicios de dos cámaras como Interact y el IAB.

Y finalmente, ¡gracias gracias gracias! a todos los que trabajan y trabajaron en la agencia. Sé que para muchos fue una escuela, un lugar que deja huella y eso me llena de orgullo. También sé que para otros la experiencia podría haber sido mejor, y quiero pedirles disculpas. La agencia queda hoy en las mejores manos, en un grupo con ganas de seguir haciendo historia.

20 años después, elijo dejar un sueño cumplido para empezar a transitar otro por cumplir. Un sueño que está en construcción, pero que seguramente estará ligado a inspirar, contagiar y despertar la creatividad. Porque si hay algo que realmente me apasiona es poder ayudar a transformar hojas en blanco en grandes ideas.

Hoy tomo la decisión de dejar icolic porque siento que es el momento de parar un poco para repensar mis próximos años, de darme el tiempo de explorar nuevas aventuras sin ‘deadlines’ ni urgencias. Y fundamentalmente porque hace poco descubrí que disfrutar de alcanzar un sueño está buenísimo, pero que darse la posibilidad de crear un nuevo camino y tener uno nuevo por cumplir estará mucho mejor.