La Directora Ejecutiva del CPA, María Álvarez Vicente, estuvo a cargo de la bienvenida y dio paso a la charla-entrevista entre Felicitas Rossi, Socia Fundadora de Ofelia Company S.A (Empresa B), y Yan de Simone, Fundadora y CEO en Bi Universe (Empresa B).
Comenzaron hablando sobre los desafíos que fue crear una agencia, que ya lleva 10 años. “Surgió desde una necesidad personal, del posparto, de poder integrar los mundos que me convocaban, y fue un proceso”, comenzó explicando de Simone al repasar sus inicios al frente de Bi Universe, que empezó como un blog privado cuando decidió dejar su trabajo fijo en la cadena FOX. Así, comenzó la gestión con mujeres con las que compartía experiencias y daban sus primeros pasos, como Marou Rivero o Lulu Biaus.
Sin embargo, luego de centrarse en lo digital y del nexo con los creadores, en un mundo previo a las métricas, empezó a proponerle a las marcas otros servicios: ideas creativas, activaciones. “Yo buscaba -señaló- que la marca fuera un poco más honesta”. Con un pequeño equipo armado, llegó la propuesta de ser una agencia B. “Había muchas cosas que teníamos de manera informal”, reconoció, a lo que Rossi sumó que el proceso “requiere tiempo, dedicación, compromiso”. Para de Simone, sin embargo, fue un proceso corto (de 7 meses) que también la convocó a repensar y consolidar una hoja de ruta. Describió, así, los principales tres beneficios de ser empresa B:
- Tener la certeza de cuál es el propósito, por sobre todas las cosas, como un camino ganado.
- Transformar un espacio de trabajo, que deja de ser solamente transaccional y se convierte en un camino de evolución para todas las personas, al concebirse como agentes de cambio.
- Poseer un nivel de diferencial, conocer el valor agregado.
Definieron, entonces, el concepto de triple impacto como un modelo de negocio que supone que las compañías tengan beneficios para las personas y el ambiente a través de tres pilares: las perspectivas sociales, la conciencia ambiental y la economía, sin dejar de tener ganancias. Señalaron que las empresas B no son ONG: “Redefinimos el sentido del éxito desde otro lugar”. Otro aspecto que destacaron del sistema fue la cocreación, sobre la competencia. Además, sostuvieron que es algo que piden las audiencias, que el mundo elige cada vez más y que muchas agencias empezaron a hacer el camino.
En cuanto a los clientes, reconocieron que cuando hay un nuevo paradigma primero aparece una resistencia y que el viejo paradigma todavía está muy instalado, de modo que, pretenden dar las herramientas y buscan demostrar que se trata de algo posible y rentable.
La recomendación para quienes quieran acercarse al Sistema B fue buscar la herramienta y empezar por hacer la medición, saber dónde cada uno está parado. Luego, tomar decisiones para llevar adelante el camino, dentro de las posibilidades, para establecer una estrategia de triple impacto. ¿A quiénes incluimos en nuestros mensajes? ¿Tenemos acciones sostenibles? ¿Todo lo que montamos va a la basura? ¿Hacemos campañas 360° o one shot? ¿Me hablás de “cero plásticos” y festejás con globos? “Hoy la audiencia -apuntó de Simone- les pregunta a las compañías qué están haciendo por la comunidad”. Valoraron la soberanía que tienen los consumidores y su repercusión en las marcas.
